Muy pocos han
experimentado la sensación de caer libremente por los aires. Montarse en un
avión, con poco mas que la ropa que llevas puesta, y cuando se alcance una
altura increíble, simplemente, saltar. El paracaidismo es uno de esos deportes
extremos que te dan la oportunidad de experimentar este sentimiento. Álvaro
Abreu siempre sintió curiosidad por este deporte tan temido. En esta entrevista
nos enteraremos cómo el paracaidismo es un poco inexplicable, los detalles de
los primeros saltos, los riesgos probables y, en un ámbito mas personal, que
tiene este deporte que Álvaro sobrevive toda la semana pensando en los saltos
que puede hacer el fin de semana o los viajes para saltar que le permitirán
conocer nuevos cielos.
¿Como te interesaste en el mundo del paracaidismo?
Álvaro Abreu: Me interesé en el mundo del paracaidismo porque un vecino
y amigo, Andrés, quien hizo un salto en Estados Unidos y luego el curso en
Venezuela, me convenció de que hiciera un tándem, que es un salto pegado a un
instructor en tus espaldas y me pareció una experiencia increíble.
¿Cómo fue la experiencia de tu primer salto tándem?
AA: Yo estaba en shock, no recuerdo tanto el salto sino la experiencia
en general. Recuerdo que salté y todo
pasó muy rápido. De repente me di cuenta de que venía la apertura. Eso siempre había
sido un misterio para mi, el saber cómo se abre un paracaídas. El instructor me
dejó volar un poco la canopia, que es la tela ya abierta, y ahí fue cuando me
enamoré del deporte. Sin duda una de las mejores experiencias de mi vida. El
ser humano nunca ha estado en el aire. Ha nadado, corrido, escalado, pero nunca
ha estado suspendido en el aire. Es una sensación nueva para tu cuerpo donde no
asimilas lo que está pasando, estás cayendo a 200 km por hora, desde un
avión a 13500 pies. Es increíble.
Entonces, ¿fue después de este salto que decidiste empezar a practicar
este deporte?
AA: Continuar en el paracaidismo, lo veía bastante lejos. No estaba
dentro de mis planes. Pero en una segunda oportunidad, íbamos a ir a saltar en
La Tortuga, Andrés solo y yo en tándem. Por cosas con el avión en el que íbamos
a saltar, no pudimos concretar el plan y nos regresamos a Caracas con muchas
ganas de haberlo hecho. Llamé a mi amigo Andrés y le dije que yo quería ir a
saltar al día siguiente, lo cual hicimos. Como todo deporte extremo, conlleva enormes riesgos que pueden atentar contra tu vida. ¿Los riesgos fueron alguna vez motivo para que dejaras de practicar este deporte?
AA: Yo tuve un primo que murió haciendo paracaidismo, lo cual fue un trauma para mi familia y mi mamá tampoco estaba muy emocionada con la idea de que yo practicara este deporte. En el paracaidismo puedes tener emergencias en cualquier momento. Pero las probabilidades de que te pase algo no son tan grandes como para dejar de hacerlo, es como si dejaras de manejar porque la gente choca. Si lo controlas, tienes un buen equipo y sabes lo que haces, puede ser el deporte más divertido y seguro.
¿De qué manera ha contribuido la tecnología con la seguridad del
paracaidismo?
¿Cuáles son tus pensamientos antes de cada salto?
AA: Estoy bastante concentrado. Muy pendiente de hacer el salto bien, un
sólo error en el paracaidismo te puede salir muy caro. Hay dos formas de estar
en el aire: la primera es, al salir un grupo de gente se mantienen en una
posición boca abajo y tratan de agarrarse y hacer varias conexiones. El segundo
estilo, es “freestyle”, que son maniobras en el aire, de cabeza o incluso
tratar de ir sentado, que es bastante complicado. Te da un sensación de ir en
un túnel de aire, con la diferencia de que cuando estás en el aire hay infinito
espacio y no hay nada que te esté limitando. En verdad el sentimiento de estar
en el aire con tus amigos es increíble. AA: Eso depende de la zona en la que estés saltando. En Estados Unidos existen zonas de paracaidismo donde se alternan dos aviones que no paran de lanzar paracaidistas, incluso los pilotos almuerzan en los aviones. Hacen como 35 “loads” que son 35 cargas de paracaidistas, por lo tanto, 35 saltos, que es una cantidad inmensa. Y si tienes dos equipos, puedes saltarlos todos. Normalmente en Venezuela, por las condiciones de los aviones y la zona, se pueden lograr 6 o 7 saltos.
¿Es el único deporte que practicas?
AA: No, también hago surf. Lo practico desde muy joven. Lo que lo diferencia
del paracaidismo, es que el surf es un deporte mucho más complejo. Una persona
se tarda mucho más en especializarse y disfrutarlo a plenitud. Pararte en una
ola en movimiento es bastante complicado, sobretodo cuando todas las olas son
distintas, entonces tienes que aprender a leer el mar y entender las olas. El
paracaidismo tiene la ventaja que desde el día uno ya lo estás disfrutando al
máximo.
¿Dónde practicas y cuánto tiempo tienes practicando este deporte?
AA: Yo me considero un paracaidista principiante, tengo alrededor de 200
saltos. Practico en Higuerote, en una escuela llamada Skydive Venezuela. Es una
zona bastante segura, muy amplia, lejos de líneas de tensión y de edificios
peligrosos. El avión es perfecto para el deporte y pienso que es uno de los
mejores que hay en Venezuela. También tiene la ventaja de que el clima siempre
está igual y con el viento en la misma condición.
¿Cómo fue la experiencia de tu primer salto solo?
AA: El primer salto solo que hace cualquier paracaidista es en el curso
AFF de Paracaidismo. Aquí en Venezuela, equivale al tercer salto porque con la
información que tienes ya estás capacitado para saltar solo. Ese primer salto
ha sido el momento en el que he sentido más miedo en toda mi vida. Es muy distinto
saltar con alguien que tiene 10.000 saltos y que sabe responder ante alguna
emergencia, que saltar solo sin nadie que responda por ti. En el aire, tu mismo
estás a cargo de tu seguridad.
AA: Siempre haz lo que te gusta y te hace feliz.
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